Se sentía como las mentiras se convertían en ácido en su interior. El crisol de su corazón empezaba a rebosar de la maligna sustancia. Estaba como para explotar o hacer implosion.
Hablemos de las lunas que nos han visto en las noches de tristeza y necesidad. De todas las cosas que se quedan guardadas en los rincones del alma.
Aquellas cosas que no sabemos como llamar y que nos ahogan cuando recordamos lo que perdimos.